Durante su estadía lo más seguro es que nos encuentren haciendo cosas que nos gustan: Arreglar el jardín, trabajo manual, artesanías.
A mí, Renate, me gusta hacer manualidades con los más diversos materiales (lana, papel, tela, etc.) y pintar mandalas. Estudie decoración de interiores, aunque no terminé. Realizo asesoramiento para descubrir los colores que favorecen a cada tipo de piel, para aplicar a vestimenta y maquillaje. Mi principal actividad, desde hace más de 20 años, es la técnica vocal aplicada a la expresión de la palabra artística oral, en poesía, cuentos, textos dramáticos, considerada desde una visión holística del ser humano.
A José le gusta la vida de campo, la escultura, trabajar con madera, meter la cabeza en los más diversos motores, sabe algo de electricidad, de plomería, herrería. Estudio arquitectura pero no ejerce. Se dedicó a construir para la venta, aunque su principal actividad fue llevar adelante una fábrica de soda ya iniciada por su progenitor, pero cuando llegó la crisis del 2001 la vendió.
Se planteaba un cambio para nosotros y vimos esa posibilidad en La Cumbrecita, ya que es un lugar que tiene mucho significado en la historia de la familia, pues mis padres se conocieron allí y mi madre se estableció hace algunos años y nos brindó su ayuda para este proyecto.
Llevamos más de 30 años juntos y tenemos 4 hijos y 7 nietos. Un hijo viviendo en Suiza y los otros tres ya en sus respectivos hogares. Debido a nuestras actividades, que aún no hemos podido delegar, repartimos nuestra estadía entre Buenos Aires y La Cumbrecita, aunque las cabañas funcionan todo el año, gracias a la ayuda de una joven que vive en La Cumbrecita, cuyos padres se establecieron en el pueblo hace más de 30 años.
En vacaciones de invierno, verano y fines de semana largos, tendremos la oportunidad de conocernos, ya que allí estaremos para recibirlos. Renate y José